Martes, 14 de octubre de 2025 – 23:46 Wib
Viva – El Partido Comunista Chino (PCC) fue nuevamente etiquetado como uno de los peores perpetradores de trata de personas. Así se menciona en el informe de tráfico de personas de 2025 (tipo) publicado por el Departamento de Estados Unidos el 29 de septiembre de 2025.
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Por sexto año consecutivo, China se ubicó en el nivel 3, la categoría más pequeña, lo que indica que el país no cumple con los estándares mínimos para combatir la trata de personas y no hace esfuerzos significativos para mejorarlos.
El informe, presentado el 29 de septiembre, pinta una imagen sombría de un país en el que el trabajo forzoso, la represión y la explotación del Estado siguen siendo características de la gobernanza institucionalizada, en lugar de aberraciones.
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Campo de trabajos forzados de Xinjiang
Los resultados son una condena maldita del vasto sistema de restricciones del régimen chino, que se extiende desde los campos de trabajos forzados en Xinjiang hasta las fábricas que abastecen a los mercados globales e incluso a las comunidades chinas en el extranjero, que están bajo una creciente supervisión transnacional.
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Según el Departamento de Estado de EE.UU., China sigue presentando una “política o modelo” ampliamente forzada en los sectores afiliados al Estado, principalmente a través de la intención masiva y la explotación de las UIG y otras minorías étnicas y religiosas en Xinjiang.
El informe enfatiza que tales prácticas no son incidentes aislados, sino que son sistemáticas y están profundamente arraigadas en los mecanismos de control estatales. La evaluación oficial acusó al PCC de operar una gran red de programas de trabajo forzoso que involucran a poblaciones retenidas, incluidos presos políticos, minorías religiosas y aquellos considerados injustos para la ideología del partido.
Se dice que las fábricas, las obras de construcción y las empresas estatales se aprovecharán de este grupo de trabajo forzoso, generando miles de millones de dólares en producción económica con el pretexto de “formación profesional” y “mitigación de la pobreza”.
Durante años, Beijing ha insistido en que sus políticas en Xinjiang van “contra el extremismo” y “el aumento del trabajo”. Sin embargo, las investigaciones internacionales y las pruebas satelitales indican la existencia de centros de detención ampliados, complejos de alambre de púas y fábricas localizadas adyacentes a estas llamadas instalaciones de reeducación.
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El informe tipo está alineado con estos hallazgos, mencionando que la fuerza laboral forzada está estrechamente vinculada a la política estatal y no es simplemente un subproducto de la corrupción o violaciones de las leyes locales.